Perdonando al ofensor

La arrogancia del ser humano no tiene límites. Pretendemos ser entendidos y que se nos tenga compasión, pero no entendemos ni somos compasivos con el otro. No obstante el Evangelio nos hace reflexionar y aunque sea por el tiempo que dure cada misa, nos sentimos responsables de nuestros pensamientos, palabras, obras y omisión.

 Ayer en su homilía el sacerdote nos contaba de una tribu africana que realiza una extraña ceremonia en la que si uno de sus miembros hace mal a otro, es colocado en el centro de un círculo que todos los demás hacen alrededor de él y desde allí cada uno de los presentes le expresa todo lo bueno que de él saben. No para engañarlo, no son cosas que se dicen para "hacerle creer" que es bueno, no. Le dicen lo bueno que realmente fue hasta que cometió el daño. Esto hace que el "criminal", se reencuentre consigo mismo y entienda y sienta que no está bien lo que hizo, sobre todo porque lo que hizo ha sido en contra de lo que él mismo es...Impresionante, no?

Bueno, en esa misma misa, el cura, es decir el padre José, a quien le gusta intercambiar durante su homilía con los feligreses,  le da la palabra a una señora y esta cuenta algo similar que hicieron familiares y amigos de un anciano moribundo, que entendí que les había hecho mucho mal. Estos decidieron hacer una fila, pasar por su lecho de enfermo y expresarles su perdón y sentirse a su vez perdonados por él. El efecto, a decir de la señora que testimonió, fue que este señor, días después, logró pararse de su cama, comer, cosa que tenía tiempo que no hacía de manera natural, hablar y vivir por un tiempo, que ella calcula en un mes, como un ser humano tranquilo para luego morir bajo la gracia de Dios. Finalmente esta señora concluyó  al decir que el perdón puede obrar milagros.

Mas tarde una hermana me llama para contarme del grave problema que tiene con su pareja, su decisión de dejarlo, pero además  de hacerle pagar todo el daño que éste le causó a lo largo de 20 años de relación. Cuando ya no pude convencerla de que eso solo le haría daño a ella y a nadie mas y que el perdón de esas ofensas a quien primero beneficiaría sería a ella, decidí colgar y enviarle el Evangelio del día...Gratamente recibí un mensaje esta madrugada, donde agradecía haberlo leído pues entendió que no estaba bien vengarse.

Y a que se refiere esa parte del Evangelio a la que hago referencia? Nada mas y nada menos que a la invitación que Jesús le hace a Pedro de perdonar "70 veces 7, a aquél que le ha ofendido (Mateo 18, 21-35). Y como vi que efectivamente el mensaje de respuesta me lo envió en la madrugada (a pesar de que yo se lo envié primero, en la mañana), además por la conversación que sostuvimos, me di cuenta que el impacto fue profundo.

Jesús estaba clarito con esto. No tiene ningún sentido vivir para la venganza, no solo porque de quien pretendes vengarte o no perdonarle a veces ni se entera, o le resulta de poca importancia, si no porque eso en primer lugar a quien daña  es al presunto ofendido; además de que lo mantiene esclavizado al presunto agresor.

Aunque suene cliché que "perdonar es liberador", es así. Es una verdad incontrovertible. Al perdonar te liberas, sin necesidad de que el agresor se entere y sin necesidad de reconciliarte con él.  Hace poco escuché que una persona inteligente no invierte su tiempo en lo que no le agrada, al contrario solo lo invierte en lo que le gusta. De allí que no tiene sentido la venganza y el mantenerse atado y darle poder a tu agresor de hacerte más daño.

Que día, mi Dios!...Así es como nos va transformando la palabra de Dios y los testimonios de nuestros hermanos.

Willmary Comus

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